En la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela conversamos con Félix Gerardi, fotógrafo venezolano de la casa editorial “El Perro y la Rana”. En sus palabras, destacó la importancia de la fotografía para el diseño y la creación de portadas de libros, en un mundo donde las imágenes hablan por sí solas, tanto como las palabras.
Al respecto, Gerardi enfatizó que cada portada debe “resonar con el contenido del libro”, de manera que pueda crear una conexión simbiótica entre el imaginario del escritor y la visión del fotógrafo.
Este año, la Filven celebra su vigésimo aniversario, consolidándose como un espacio ideal para el encuentro y la celebración de la literatura. Este evento no solo es una oportunidad para adquirir libros, sino también un punto de conexión entre amigos, lectores y soñadores que buscan enamorarse de nuevos textos, o incluso algunos clásicos.
Para muchos, la Filven representa un encuentro de amor y corazones, donde las historias se entrelazan y se comparten experiencias. “No se trata solo de buscar un libro, sino de abrazarnos, de contarnos cómo nos va, como si fuéramos un libro abierto”, expresó Félix. Esta Feria es un reflejo de la importancia de la literatura en nuestras vidas, un espacio donde cada persona puede ser un navegante hacia nuevas realidades.
A pesar de vivir en una era digital, los libros siguen siendo una ventana hacia otros mundos, una herramienta fundamental para entender nuestra humanidad. La Filven se ha convertido en un lugar donde todos los asistentes comparten el interés por aprender, enseñar y soñar, adentrándose -en muchas ocasiones- en un libro con solo dar una mirada a su portada.
El poder de la imagen
Las imágenes de Félix Gerardi están en libros como “El Llano era de nosotros”, de Rafael Martinez; “Vocabulario coloquial del llano”, de Erics Blanco; “Vivir en San Agustín”, de Orlando Martinez; entre otros textos editados por El Perro y la Rana.
“Cuando tomamos fotografías para libros, a menudo tenemos imágenes que, al leer el texto, sentimos que encajan perfectamente. Es una relación de simbiosis, donde la fotografía complementa y enriquece la narrativa”, explicó Gerardi. Esta conexión es vital -sostuvo- porque una portada que no refleja el contenido puede generar una desconexión con los lectores.
“Es fundamental establecer un vínculo entre el editor, el escritor y el fotógrafo. Este acercamiento amable permite que el lector se conecte no solo con la portada, sino también con el contenido del libro”, afirmó Gerardi. Para él, la portada es una puerta de entrada que debe atraer la atención del lector y reflejar la esencia de lo que encontrará en sus páginas.
Igualmente, destacó que los fotógrafos tienen el deber de leer para enriquecer su capacidad de crear imágenes significativas. “Los fotógrafos deben tener un nivel cultural que les permita comprender las historias que van a representar. La lectura es clave para producir imágenes que realmente conecten con el texto”, explicó.
Con una creciente comunidad de fotógrafos en Venezuela dedicados a este arte, Gerardi celebra la colaboración entre escritores y fotógrafos, resaltando cómo esta unión puede llevar a una representación más auténtica y poderosa de la literatura.
Asimismo, reafirmó que la creación de una portada es un proceso colaborativo. Los escritores y editoriales buscan su visión, y juntos exploran el imaginario que rodea al texto. “A veces, ni siquiera tenemos la imagen. Soñamos con la portada y la creamos desde ese lugar”, indicó, refiriéndose a la capacidad de los fotógrafos de imaginar y materializar conceptos visuales que capturen la esencia de la obra literaria.
Agregó que la relación entre la imagen y la palabra es “como el yin y el yang”, un vínculo esencial que establece un diálogo entre lo escrito y lo visual, enriqueciendo la experiencia del lector y llevando la literatura a nuevas alturas.
Este proceso puede parecer simple, pero es realmente un mundo complejo lleno de matices y desafíos. “Cada libro es una obra única que refleja la visión de sus creadores, y el diseño es un elemento clave que conecta todas las áreas involucradas en su producción”, aseguró Félix.
Las fotografías, el diseño y las ilustraciones abundan en los libros que adornaron cada rincón de la Filven, sumergiendo al espectador en el mundo de la literatura y la imagen. En conclusión, la portada de un libro actúa como un aperitivo, anticipando que estaba punto de escribir el lector.
Jessika Selgrad
FIN/FILVEN/JS/MR